INICIATIVA EN UNa actividad económica EN CRISIS

El taxi pide nuevas licencias y tarifas para coches de 7 plazas

Un taxi monovolumen en las inmediaciones de la estación de Sants, el viernes pasado.

Un taxi monovolumen en las inmediaciones de la estación de Sants, el viernes pasado.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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El sector del taxi está cansado de las furgonetas pirata, de que les roben los clientes que van en grupo, de que muchos compañeros aprovechen el vacío legal para cargar más de cuatro personas e improvisar una tarifa imaginaria. Con tanto enfado acumulado, y a pesar de la endémica división del colectivo, los taxistas han unido fuerzas para pedir a la Administración que regularice las licencias de siete y nueve plazas. ¿Objetivo? Erradicar la competencia desleal y conseguir ampliar mercado –cruceros, congresos, agencias de viajes, familias numerosas...– para amortiguar los efectos de la crisis.

La propuesta ya ha llegado a oídos del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), que delibera sobre los pros y los contras pero no se plantea tomar una decisión hasta el año que viene, después de pactar las tarifas del 2011 (en el 2010 se han mantenido las mismas del año anterior, para hacer frente a la pérdida de clientela por la crisis).

VEINTE PERMISOS REVOCADOS // El debate viene de lejos pero cobró fuerza el pasado enero, después de que quedaran revocadas una veintena de permisos de gran capacidad concedidos a mediados de los años 90. Ahora, varias organizaciones del sector –la Federación Catalana del Taxi (FCT), el Sindicato del Taxi de Catalunya (Stac) y la Unión de Taxistas Autónomos de Catalunya (Utam)– intentan reactivar el tema y, lo que es más importante, parece que están de acuerdo en el enunciado. Miguel Ángel Martín, gerente del IMT, considera «importante e interesante» que las distintas facciones tengan la voluntad de sentarse en la misma mesa «para negociar algo que debe beneficiar a todos» pero evita concretar por ahora hacia dónde irán los tiros.

La aprobación de estas concesiones pondría sobre la mesa la necesidad de crear un sistema tarifario propio, que solo se aplicaría en el caso de transportar más de cuatro personas. «Estamos en contra de que estos vehículos circulen a sus anchas sin ningún tipo de permiso y cobrando lo que les parece», comenta Luis Berbel, presidente del Stac, que reclama poder acceder a un «amplio mercado» al que no pueden dar cobertura. Josep Maria Goñi, secretario general de la FCT, asegura que las mismas agencias de viajes «reconocen que recurren a los taxis piratas porque los taxis no pueden hacerse cargo de los grupos», una situación para la que pide «una acción inmediata y antes del verano». «Esperar a después de las vacaciones nos haría perder un montón de dinero, así que el IMT no puede citarnos de ninguna manera en septiembre», se queja el dirigente de la FCT.

TURISMO FAMILIAR Y DE NEGOCIOS // La Utam, organización recientemente creada y heredera de la Plataforma por un Taxi Rentable, considera que Barcelona «es una potencia en cuanto a turismo familiar y de negocios», un campo «en el que los vehículos de siete plazas juegan un papel fundamental». Hay que tener en cuenta que la iniciativa también vendría bien a los propios barceloneses, muy dados a las cenas de empresa y a las salidas nocturnas colectivas de fin de semana.

Miguel Ángel Martín no cree que esta sugerencia sea «una necesidad imperiosa del taxi metropolitano», pero en esta ocasión no puede apelar a la eterna división de los taxistas para dejar las cosas como están. Promete «estudiar el tema», pero en esta ocasión, bajo la atenta mirada de la gran mayoría de taxistas que recorren Barcelona.