UN DERBI APASIONANTE

El día que Piqué convirtió en histórico a Valverde

Piqué se encara con el público tras marcar su gol.

Piqué se encara con el público tras marcar su gol. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Cuentan que es la anécdota que más le encantaba contar a la abuela Celica, el auténtico amor de Leo Messi, la mamá de su mamá, la abuela italiana, generosa como pocas, que jamás le quitó ojo a su nieto preferido, de ahí que él, la ‘Pulga’, le dedique todos y cada uno de sus goles.

La anécdota versa sobre la época de aquel equipo de niños, dicen que legendario, apodado la 'Máquina 87', del Newells Old Boys. Golearon a todos sus rivales y el día de la final, Messi se quedó encerrado en el baño de su casa. “Si salíamos campeones nos regalaban, como premio, una bicicleta, una auténtico locura para nosotros. Comenzó el partido y el Leo no llegaba. Terminó el primer tiempo e íbamos perdiendo 1-0…De pronto, Leo rompió el cristal de la ventaba del baño y se incorporó al partido. Salimos campeones, con nuestra flamante bicicleta cada uno, pues remontamos el tanteo, cómo no, con tres goles de Leo”,  cuenta siempre entusiasmado Juan Cruz Leguizamón, amigo y compañero en los leprosos, como llaman al Newells.

Valverde supera a Guardiola

Esta vez, en esta ocasión, Messi solo salió para calentar un poquito y, aunque no marcó, le puso el centro medido, potente, preciso, en la cabeza de Piqué, para que el próximo capitán del Barça convirtiese, en un partido, fijo, que debía estar esperando tanto, o más, que Neymar la visita al Bernabéu, a su entrenador, Valverde, en el mejor ‘mister’ de la historia liguera del Barça, pues con este empate los culés cumplen 22 partidos sin perder en este ‘inicio’ del campeonato, superando los 21 partidos de aquel fabuloso Barça de Pep Guardiola de 2009-2010.

Y tuvo que ser Piqué, el hombre que había calentado más el ambiente, que se había dejado el alma en el derbi y que, a mitad del segundo tiempo, había sido superado ¡vaya! por Gerard Moreno, el ‘Messi’ blanquiazul, el hombre que marca siempre, siempre, siempre, la diferencia en el equipo de Quique Sánchez Flores. Por eso, quien sabe, fue por lo que Piqué quiso arreglar la tarde, convertirse en el ‘puto amo’ del partido, del derbi, de la gesta de su equipo y del logro del ‘Txingurri’, subiendo a rematar la falta, el centro preciso, exacto, inmejorable de Messi, que salió, también él, sí, para echar una mano a su equipo, que se mantiene líder y que superó, con nota, en una auténtica piscina, el examen de Cornellà-El Prat, donde el mejor Iniesta en años (¡Andresito no te vayas!) vio como su nuevo colega Coutinho, estalló un remate precioso, casi única, en la escuadra izquierda de Diego López, curiosamente en el ‘minuto Jarque’, curiosamente, en el mismo minuto en que marcó su primer gol como blanquiazul. Era, por cierto, el palo nº 32 en 22 jornadas de récord.

El orgasmo de Piqué

Fue un derbi, cómo no. Fue un duelo barcelonés, sí, diga lo que diga Piqué, para hacer rabiar a los de ‘can rabia’. No fue una maravilla de partido, pero fue un encuentro vibrante, como se espera de dos equipos que no pueden perder. Y, no, no perdieron. No perdieron porque Piqué, el que será capitán pronto, tuvo, tras su gol, "un auténtico orgasmo", expresión lanzada a las ondas por una de las compañeras de transmisión del 'doctor' Puyal.