SE LESIONÓ EN LA RODILLA DERECHA

Rafinha vuelve a los entrenamientos ocho meses después de su grave lesión

El jugador brasileño se entrena por vez primera con sus compañeros tras haber pasado dos veces por el quirófano

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Marcos López

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Ocho meses después de caer lesionado en Granada y tras haber pasado en dos ocasiones por el quirófano, Rafinha se colaba, al fin, por el túnel que le hacían sus compañeros sobre el césped de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. Un túnel de felicidad y complicidad donde recibió golpes de todo tipo para festejar el retorno del brasileño al terreno de juego. Ya no trabaja en solitario como durante estos inacabables meses de soledad, encerrado en el dolor de una lesión que se le acabó complicando. "Cicatrices que te hacen más fuerte", llegó a escribir Rafinha en su cuenta de Twitter, a inicios de noviembre pasado mostrando orgulloso sus dos musculadas piernas y las señales de las dos operaciones en la rodilla derecha.

Debía estar cuatro meses de baja, pero lleva ya ocho, aguardando ahora recibir el alta médica para volver a sentirse futbolista

Debía estar cuatro meses de baja y lleva ya ocho, sin que se haya fijado todavía el día en que recibirá el alta médica. Pero ayer ya realizó una parte del trabajo con el grupo, sintiéndose uno más, disfrutando de una sensación que creía ya perdida. Se sintió futbolista. De nuevo. "No queda otra. No hay que llorar por lo que se fue. Hay que abrir los brazos y recibir lo que viene. Mañana, tarde y noche", decía en uno de sus múltiples mensajes motivadores que ha difundido durante este largo tiempo a través de sus redes sociales, feliz de haber arrinconado hace tiempo esas muletas o aquellas interminables horas caminando sobre el agua de una piscina para fortalecer su pierna derecha. "A veces, las cosas no pueden ir a tu manera, pero el esfuerzo debe estar ahí cada noche», contó parafraseando a Michael Jordan, el mito de la NBA.

Del rondo al equipo

Ahora, y sin poder dejar de mirar esa maltrecha rodilla derecha que le ha maltratado desde septiembre del 2015 cuando caía lesionado en Roma, Rafinha está en el penúltimo paso. Fue operado de la rotura del ligamento cruzado anterior y justo cuando se había asentado en el equipo, brillando en el 3-4-3 de Luis Enrique, el menisco de esa misma rodilla se quebró en el Nuevo Los Cármenes. Del túnel oscuro ("te caes! te levantas!") al tradicional túnel de bienvenida de la plantilla a los compañeros que salen de cualquier grave lesión.

Dembélé aún no ha pasado por ese túnel. Pero pronto puede vivir idénticas sensaciones porque en esta última semana ha pasado de hacer un rondo con el grupo a trabajar con ellos. Por mucho que Valverde pida paciencia y calma ("volverá a inicios del 2018", suele decir una y otra vez el técnico), el joven francés quiere quemar etapas aceleradamente. Si de él dependiera, estaría, claro, en el clásico del próximo 23 de diciembre en el Bernabéu contra el Madrid, aunque la grave lesión que padeció en Getafe (16 de septiembre) invita al Txingurri a ser prudente con él para no correr riesgos innecesarios. Dembélé aprieta y Valverde, en cambio, busca sosiego y lentitud.

Iniesta se entrena

En esa mañana tan singular de retornos, empezando por el de Rafinha y siguiendo por el del francés, también se vió sobre la hierba a Iniesta, que se perdió el duelo europeo contra el Sporting de Portugal por una leve lesión muscular, y Mascherano, que anda también en la recta final de la recuperación del percance muscular que padeció con la selección argentina. La quinta lesión de ese tipo en "los últimos 11 meses", como recordó el mismo Jefecito, preocupado porque haber perdido la titularidad le ha hecho entrar con una asiduidad que no tenía en la enfermería.