RETRATO DE UN DEBUTANTE EXITOSO

Arnaiz, un extremo llama a la puerta del Barça

El delantero asombra en su estreno con el equipo de Valverde tras estar a punto hace dos años de dejarlo todo y volverse a Talavera, su casa

Arnaiz celebra su primer gol con la camiseta del Barcelona.

Arnaiz celebra su primer gol con la camiseta del Barcelona. / periodico

Marcos López

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Tampoco hace tanto de esa escena. "Alba, recoge todo. Nos vamos para Talavera". Estaba harto Jose (sin acento) Arnaiz (también sin acento como ilustra su camiseta) de un duro inicio por las categorías inferiores del Valladolid. Tenía entonces 20 años y pensó que no merecía la pena pasar tanto frío a la orilla del Pisuerga, angustiado por la soledad, lejos de sus padres: Manuel, un obrero de la construcción, y María Paloma, ahora trabajadora del ayuntamiento de Talavera de la Reina (Toledo). Se iba a jugar con sus amigos del barrio.

Pero Alba, terca como era,  no recogió las cosas y ahora, dos años más tarde, podía disfrutar feliz delante de la televisión, asistiendo al partido soñado por Jose. Sonreía al ver cómo celebraba el gol haciendo el gesto del chupete en honor a Jose, su hijo que tiene cuatro meses, después de protagonizar un extraño viaje del Nuevo Zorrilla al Miniestadi.

"Arnaiz ha hecho un golazo. Cuando coge la pelota tiene la portería en la cabeza" (Valverde)

Extraño porque el Barça lo fichó al límite, ya en la última semana del mercado. Justo cuando llegaba Dembélé, el fichaje más caro de la historia, anunciaba el club la contratación de Arnaiz por 3,4 millones de euros, obsesionado como estaba en que no le volviera a estallar otro 'caso Marco Asensio'. Si el talaverano, que tiene como agente a René Ramos, hermano del central madridista, triunfa en el primer equipo, la operación podría alcanzar los ocho millones. Firmó por cinco años y su cláusula de rescisión es de 20 millones de euros, aunque se elevaría a los 40 a partir de la cuarta temporada.

"Yo daré lo que tengo y lo que sé. Es el debut soñado. Mejor imposible: titular, marcar y ganar" (Arnaiz)

Con Marco Asensio, el Barça dudó tanto que el Madrid se lo llevó. Con Arnaiz, y pese al interés blanco por una de las sensaciones de la Segunda División de la pasada temporada (12 goles en sus 35 partidos con el Valladolid), el Barça, siguiendo la petición de Gerard, se lo trajo.

Ni dos meses ha tardado en debutar con el primer equipo después de marcar cuatro goles y regalar tres asistencias en una espectacular irrupción con el filial. Le costó llegar, pero ahora que está tan cerca tiene muchísima prisa. "Es muy rápido, con capacidad de uno contra uno, gran desborde, hábil con las dos piernas, puede jugar en las tres posiciones de arriba", recalcó Gerard, su entrenador en el Barça B. "Es letal, goleador y combinativo y trabajador defensivamente".

Al final del mercado, y obsesionado en que no se repitiera otro 'caso Marco Asensio', el Barça fichó al extremo por 3,4 millones de euros 

Lucía, eso sí, un dorsal más propio del fútbol americano (llevaba el 37) y una vez superados sus miedos iniciales dejó un excelente gol para llamar con fuerza a la puerta de Ernesto Valverde. "Es el primer paso", afirmó el técnico. Tiene prisa Arnaiz. Más de la que parece, cansado de ver como casi todo su camino se derrumbaba.

En el 2015 tenía claro que se volvía para Talavera; en el 2017, en cambio, galopaba feliz por la banda izquierda de la Nueva Condomina empeñado en unirse a la fiesta de Deulofeu. Hubo, en realidad, dos Arnaiz. "Ha ido creciendo según ha ido avanzando el partido porque en el comienzo del encuentro estaba más desubicado", admitió Valverde.

En la primera parte, un joven apocado, tímido, plano, insustancial. Como diría el técnico, pasó "desapercibido". En la segunda, en cambio, se vio a un extremo arrogante, dueño de una infinita fe en sus posibilidades, capaz de inventarse regates delicados fusionado finalmente con ese disparo seco, tan 'arnaizano'. Diestro como es, se recostó en la banda izquierda para abrirse el paisaje de fuera hacia dentro antes de engatillar a Santomé, el meta del Murcia.

"Es muy rápido, con capacidad de uno contra uno, gran desborde, hábil con las dos piernas" (Gerard, técnico del Barça B)

"Cuando Arnaiz coge el balón tiene la portería en la cabeza", afirmó Valverde. No es un extremo barroco, que se enreda en sus diabluras. Va casi siempre por el camino más recto. "Yo daré lo que sé y lo que tengo. Es el debut soñado. Mejor, imposible. Titular, marcar y ganar", añadió orgulloso porque en la segunda parte sí que fue el delantero que es.

En la primera, no hubo ni rastro de Arnaiz. En la segunda, siguiendo la terminología de Valverde, "se pasó de frenada". Era su partido. Quizá no tuviera otro. Tal vez, en las horas previas al debut con el primer equipo, repasara en su memoria aquellos inicios en el Patrocinio de San José, el equipo de su barrio en Talavera. O su salto, ya como juvenil, al Union, prólogo de su paso a la cantera del Valladolid (2013).

Polivalente en grado extremo (llegó a jugar hasta de portero cuando era niño como atestiguan trofeos que anidan en la casa de sus padres en Talavera de la Reina), Arnaiz se asomó nervioso -lógico- al imponente campo de la Nueva Condomina. Pareció hasta asustado. Quiza sentía que no podía fallarle a Alba. Ni tampoco a sí mismo. Ni, por supuesto, a Paco Herrera, el técnico que sí creyó realmente en él. O le diera tiempo a recordar aquellas discusiones con Ruben de la Barrera, que fue su entrenador en el filial del Valladolid, días convulsos y oscuros.

Estaba aquel técnico empeñado, como recordó el mismo Arnaiz en una entrevista al diario 'El Norte de Castilla', en ponerlo de lateral. "Oye, mira. ¡Que yo no soy defensa", repetía, una y otra vez, ese joven al que se le partía el alma cada vez que volvía de Talavera y sus padres se quedaban allí llorando. Regresaba a Valladolid pensando que no merecía la pena tanto esfuerzo.

Era cuando Arnaiz no jugaba ni atrás ni adelante. Atascado estaba, preguntándose qué demonios hacia allí, con el frío pucelano colándose a diario en sus huesos, sin ganas de levantarse de la cama ni para ir a entrenar. Era en el 2015 cuando pidió la carta de libertad al Valladolid. Una petición que fue denegada, como le explicó él mismo a Arturo Posada, el periodista de 'El Norte de Castilla'. 

En otoño del 2017 corría y gambeteaba por la cálida noche murciana derrotando a todos esos miedos firmando una ruleta increíble en el pico del área pequeña, dejando regates perfectos (hizo seis, los seis con éxito) y ese gol tan suyo... Alba ya está tranquila; Jose, también. Pero humilde como es, no pierde el mundo de vista. "Mi equipo es el Barça B, lo sé. Pero si el míster me necesita subiré encantado". De momento, está llamando a la puerta de Valverde.