EL PARTIDO DEL CAMP NOU

Ganar por rutina

Iniesta remata el triunfo del Barça, tras un gol ilegal, sobre un Málaga de guante blanco

Iniesta recupera el balón ante Juanpi.

Iniesta recupera el balón ante Juanpi. / periodico

Joan Domènech / Barcelona

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Acabó la maldición del Málaga, un equipo que había puntuado en dos de las tres últimas visitas al Camp Nou y le había guindado al Barça cinco de los seis puntos de la temporada pasada.

Demasiados jugadores ha perdido el once andaluz y mucho se ha revitalizado el cuadro azulgrana, lo que explica el plácido regreso a la rutina histórica en un partido que no pasará a los anales más que para recordar que el primer gol de Deulofeu con el Barça no debió subir al marcador y que anotó Iniesta, otra novedad igual de relevante. Falta por ver si el jeque del Málaga destituye a Michel, condenado por los resultados (un punto ganado de 27 disputados).

Gol para el VAR

Dijo Valverde en la víspera que el Málaga era mejor equipo de lo que reflejaba su  condición de colista destacado y el partido le dio la razón. Excelentes prestaciones para ser el último ofreció el cuadro de Michel y tal eso le salve de la decapitación. La derrota comenzó con un gol ilegal, fácilmente corregible con la tecnología del VAR y que los tiempos demandan para reparar injusticias como esa. Lo que no disculpa el grave error del juez de línea ni discute el triunfo azulgrana, que pudo ser mayor en el tramo final.

Deulofeu marcó su primer gol en una acción que debió ser invalidada: el centro de Digne había salido fuera

Había ganas de gresca en el Camp Nou. Al menos, por parte de la hinchada, deseosa de sacar la adrenalina de los acontecimientos del día, visto el volumen de los cánticos y el ondear de estelades, pero el equipo anda en otra onda y no tuvo el mismo nivel de tensión; solo la necesaria para ganar a un Málaga que le hizo tanto la puñeta.

Sin agresividad ni jugadores

No tuvo morbo el duelo ni pasión, pero tampoco los nervios se tensaron. El Málaga regaló un partido limpio y agradable, exento de la agresividad que se espera del colista. Tampoco era el estilo de Michel, un exquisito centrocampista ni la situación es límite. Perdió y se llevó una excusa a la que agarrarse con el 1-0. Aunque en su fuero interno lamente la pérdida de tantos futbolistas (Fornals, Camacho, Sandro y, sobre todo, Kameni).

El Málaga planteó una presión de uno contra uno pero muy laxa, sin incomodar al Barça. Los azulgranas pudieron siempre recibir y pasar la pelota. El excepcional dominio de los locales convirtió en infructuoso el tibio acoso. El once malaguista le obligó a dar pases y pases, lo que tampoco les contrarió.

Entretenidos con la bolita

Nadie como ellos para entretenerse solos con la bolita, como los niños. Sobre todo con el respaldo del marcador tan pronto, aunque eso redujo las revoluciones del juego. Nadie más peligroso que Iniesta cuando le dejan jugar a placer. El capitán estuvo lubricado con una constante participación, convertido en un elemento indispensable en la cadena de pases. Rejuvenecido, volvió a disparar a portería y, milagro, marcó.

Valioso siempre, esa aparición de Iniesta remató la victoria, que el Málaga empezaba a cuestionar. Sin nada que perder, y viendo que el Barça tampoco le dañó tanto, insinuó que podía fastidiar con el animoso Juanpi tras el descanso. Iniesta aniquiló por completo esas aspiraciones.

Cambios mínimos

Valverde quiso aprovechar el ritmo que va adquiriendo el equipo y se ahorró cambios. No es un amante de las rotaciones como Luis Enrique. Cambió a Piqué por Mascherano, al que necesita rodado para viajar a Grecia en diez días, y sustituyó a Paulinho por Rakitic. Mantuvo a Deulofeu en la alineación, insinuando que se ha ganado el puesto de extremo y devolvió pronto el gesto con el gol.

Valverde es poco partidario de las rotaciones y ahora deberá solucionar la ansiedad de Suárez

Resuelto uno de los problemas mientras Deulofeu quiera ser incisivo y osado, Valverde deberá fijarse en Luis Suárez para que vuelva a ser el que era. Por ahora, es quien más nota la ausencia de Neymar.

El sistema contempla una delantera con el extremo derecho abierto y que el izquierdo, cerrado, sea Suárez, lo que le coloca en una tesitura incómoda para sus aptitudes, que aminoran a medida que se aleja de la vertical de la portería. No tiene ni oportunidades para destensarse. Erró Suárez varias acciones claras, víctima de la crispación, y se marchó sin poder discutir una sustitución cantada y merecida.

Barcelona, 2 - Málaga, 0 

<strong>Barcelona:</strong> Ter Stegen (6); Sergi Roberto (8), Mascherano (6), Umtiti (7), Digne (7); Rakitic (6), Busquets (6), Iniesta (8); Deulofeu (6), Messi (6), Suárez (5).