EL CELTA LO QUIERE

Alcácer, todo un caso

El delantero del Barça ha desaparecido de los planes de Valverde y juega menos que con Luis Enrique

Alcácer, tras una entrevista concedida a EL PERIÓDICO el pasado mes de agosto.

Alcácer, tras una entrevista concedida a EL PERIÓDICO el pasado mes de agosto. / periodico

Marcos López

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Vino, tras un largo y complejo casting realizado en el verano del 2016, para ser el cuarto delantero del Barça. Pero ahora mismo no es ni el cuarto, ni tampoco el quinto. Ni siquiera el sexto. Paco Alcácer, por quien el club azulgrana invirtió 30 millones para convencer al Valencia de su salida, ha desaparecido completamente de los planes de Valverde, un técnico que no acostumbra a ir perdiendo jugadores. Más bien, todo lo contrario. Pero no tiene sitio para Alcácer, que vive más tiempo en la grada que en el banquillo.

El césped no lo pisa desde la visita azulgrana a Mendizorroza (26 de agosto). O sea casi dos meses sin noticias del jugador que llegaba para dar minutos de descanso (y calidad) al tridente entonces.

Ni la ausencia de Dembélé, la nueva tercera pieza del ataque del Barça, le abrió las puertas del equipo. Nada más llegar, el joven francés caía gravemente lesionado en Getafe sin atisbarse su regreso hasta inicios del 2018. Pero Alcácer, por una razón u por otra, no tiene sitio y eso que acabó su primer año con Luis Enrique dejando buenas sensaciones.

Empeora la situación

Fue titular, por ejemplo, en la final de Copa del Rey contra el Alavés. Hasta marcó un gol y arrancó con energía renovada la temporada, convencido de que hallaría la confianza perdida con la llegada de Valverde. "Ahora me siento con mucha más confianza", declaró a este diario a inicios de agosto cuando aún no intuía el túnel negro que le aguardaba en el inicio de su segunda temporada, recordando, eso sí, que debió siete meses (fue el 4 de febrero) para firmar su primer gol como azulgrana.

No imaginaba Alcácer que la situación empeoraría aún más.  Juega ahora menos que con Luis Enrique. A sus 24 años, siendo como era internacional, ha visto como su nombre no solo se caía primero de la pizarra del asturiano, luego de la de Valverde y, por supuesto, de la de Lopetegui. Necesita jugar como sea. El Celta de Juan Carlos Unzué, exsegundo entrenador de Luis Enrique durante sus tres años en el Camp Nou, necesita también de un delantero que finalice el juego elaborativo que construye. Y el Barça, mientras, asume que recuperar la inversión realizada (30 millones) será algo utópico.

Ni esa polivalencia que demostró en los meses finales de su primera etapa, jugó de extremo derecho y hasta por la izquierda, le ha valido para seducir a Valverde, quien ha empleado otras fórmulas (André Gomes, Sergi Roberto, Aleix Vidal y Deulofeu) para rellenar el vacío dejado por Dembélé en la banda derecha. Ha visto el jugador valenciano cinco de los seis últimos partidos del Barça desde la grada.

La maldición del cuarto delantero

Prolonga así Alcácer la extraña maldición del cuarto delantero que ha vivido el Barça. No solo con él que fue finalmente el escogido sino también con Gameiro, fichado por el Atlético, y Vietto, que también volvió al club rojiblanco. Ninguno de los tres han sido protagonistas. Ahora, además, llega la Copa del Rey. El martes juega el equipo de Valverde en Murcia en lo que quizá sea su última posibilidad de engancharse al grupo.

Llega la Copa, tal vez la última opción a no ser que Valverde premie el excelente rendimiento de Arnáiz en el filial

A no ser, claro, que el técnico premie el excelente rendimiento de José Arnáiz, el delantero del Barça B  (22 años), que ha sorprendido con sus tres goles después de que el club azulgrana pagara casi cuatro millones de euros al Valladolid, escamado como estaba en evitar una repetición del caso Marco Asensio.

Lo que es verdaderamente todo un caso es Alcácer. Apenas siete minutos en la ida de la Supercopa, fue titular contra el Betis (primera jornada) y poco más de media hora ante el Alavés (segunda), aunque jugó porque Suárez estaba lesionado. Luego, ni un solo rastro de él.