MEMORIAS DE OTRO SIGLO

Zaldúa y aquel marcaje de Glaría en el viejo Metropolitano

El exdelantero azulgrana evoca la última visita del Barça al viejo estadio del Atlético en 1966

Zaldúa, en un partido con el Barça.

Zaldúa, en un partido con el Barça. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Sí recuerdo que era el último partido en el Metropolitano. Recuerdo también que ganamos 0-1, pero no recordaba que fue en 1966. Hace ya tanto tiempo, tanto..." La voz de José Antonio Zaldúa, que cumplirá 76 años en diciembre, rastrea en su memoria futbolística para situarse en el viejo Metropolitano, aquel estadio que se levantó en 1923 como iniciativa de los hermanos Otamendi (Joaquín, José María, Miguel y Julián, fundadores de la compañía metropolitana.

En realidad, aquel campo se llamaba Stadium evocando la idea del viejo Wembley y sus torres, con la idea original de agrupar a los cinco equipos grandes de Madrid de la época (Real, Atlético, Racing, Gimnástica y Unión Sport) bajo un mismo escenario. Pero siempre fue llamado Metropolitano y perteneció al club rojiblanco en solitario a partir de 1950.

"Era un gran estadio, con una parte de asientos, en la tribuna, y otra, muy grande, de general donde estaban de pie, casi al borde del campo", cuenta Zaldúa, sin reparar en que en aquel domingo invernal de 1966 había aficionados colgados de las torres de luz. En la Gradona, una grada natural enorme, que aprovechada la vaguada del final del Paseo de Reina Victoria se citaron 25.000 seguidores.

"En el Atlético jugaba un íntimo amigo mío: Jesús Glaría", explica Zaldúa. "Jugamos juntos de juveniles en el Oberena de Pamplona. Luego, a él lo fichó el Atlético y a mí el Valladolid antes de ir al Barça", dice el exazulgrana.

"Glaría siempre me marcaba a mí: 'Venga, Jesús! ¡No te arrepientas, eh! Si debes pegar, pega"

Ahí estaban ambos en el último Atlético-Barça del antiguo Metropolitano. "Siempre me marcaba a mí y siempre le debía decir: ‘¡Venga, Jesús!, ¡No te arrepientas, eh!, No me quería pegar patadas ni hacer marcajes duros, pero yo le animaba. Si debes pegar, pega", le decía José Antonio a Glaría, tradicional "defensa escoba" de la época que hizo brillante carrera de rojiblanco (nueve temporadas) antes de recalar en el Espanyol (siete años) donde fue tan querido que hasta el nuevo estadio de Cornellà-El Prat le dedicó una puerta: la 73.

Un "fichaje sonado"

Glaría, que murió en un accidente de coche con apenas 36 años, no podía maltratar a Zaldúa en ese choque que acabó ganando el Barça con gol de Muller. Y el hincha colchonero volvió cabizbajo por la senda de los elefantes, así se le llamaba a una de las calles que rodeaban al Metropolitano del que ahora no existe ni una placa conmemorativa en el lugar donde estaba. Zaldúa, en cambio, regresó feliz y eso que sus inicios fueron complejos.

"Cuando llegué al Barça vivía una época complicada y difícil porque se acabó aquel gran equipo, que perdió la final de la Copa de Europa en Berna. Se fue Luis Suárez al Inter y con su dinero ficharon a siete u ocho jugadores nuevos, entre ellos yo. Tres millones de pesetas costó mi fichaje. En aquella época, fue  sonado", dice.

"Tenía 19 años y en mi primer partido en el Camp Nou jugué con Kubala, Di Stéfano y Puskas. Estaba alucinando"

Sonado resultó su fichaje. Más sonado aún fue el debut del "Nene", así le llamaban sus compañeros, en el homenaje a Kubala. "Hora y media antes llegué al Camp Nou y me dijeron: ‘¡Tú no puedes pasar! ¡Calla y vete! ¡No molestes más!’ Y yo decía: ¡Soy jugador de Barça!’ Ni caso. Menos mal que en ese momento apareció Segarra por ahí. Ya estaba medio llorando. ‘¿Qué pasa aquí? ¡Cómo que no entra! ¡Si es Zaldúa, el nuevo!". Entró el Nene. "Tenía 19 años y en mi primer partido jugué con Kubala, Di Stéfano y Puskas, estaba alucinando..."