LA CONTRACRÓNICA

Dembélé conoce a Leo

El joven francés fue recibido a lo grande en la segunda mitad mientras un sector del Camp Nou reclamaba la dimisión de Bartomeu

Valverde da instrucciones a Dembélé antes de debutar en el Camp Nou.

Valverde da instrucciones a Dembélé antes de debutar en el Camp Nou. / periodico

Marcos López / Barcelona

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Llovía en Barcelona en una noche más otoñal que de final de un caluroso verano. Llovía en el Camp Nou mientras colas de socios se amontonaban en los alrededores de las carpas instaladas por Agustí Benedito para recolectar firmas en su titánico esfuerzo de derrocar a Josep Maria Bartomeu. Tuvo que escuchar el presidente gritos de "¡Nobita, dimisión! ¡Nobita, dimisión!" de un sector del estadio. Llovía hasta que el balón se puso en marcha y el barcelonismo descubrió un equipo donde su entrenador (Valverde) interviene más de lo que parece, al tiempo que un joven francés, apenas 20 años ("un chaval", como le llama Txingurri), disfrutó de una lección en directo. Apenas lleva dos días coincidiendo Ousman Dembélé con Leo Messi, ese jugador al que idolatraba a cuando era niño.

Sigue siendo un niño, por mucho que sea el fichaje más caro de la historia del club, con 145 millones de euros, incluyendo los sencillos variables en el pacto firmado con el Borussia Dortmund. Y el niño se lo pasó bomba, sentado como estaba en el banquillo. Alucinó Dembélé, todavía con el chándal de suplente, como alucinaba en su día desde su casa observando por televisión los prodigios de Messi. Por mucho que te lo cuenten, nada es comparable a verlo con tus ojos. En la primera mitad, convertido en espectador de lujo, disfrutó de un genio que parece otra persona. El Messi deprimido, huérfano, desasistido que pulula con la albiceleste, se transforma en un huracán cuando se viste de azulgrana.

Ovación al calentar

Dembélé, entretanto, no se perdía ni un solo detalle. Más que gozar de una exhibición de su compañero, dio la sensación de estar saboreando una cátedra futbolística. El público pedía al delantero francés, pero Valverde, respetuoso como es con las jerarquías y justo como pretende ser, apostó por el viejo Barça, incluyendo, eso sí, a Semedo y Deulofeu. Pero le dio tiempo a Dembélé para ver de cerca al 10.

Ter Stegen asistió a André Gomes, este hizo corre el balón para Dembélé, quien asistió en el 5-0 en su primera gran acción como azulgrana

Por eso, cuando el chaval francés salió a calentar, ya iniciada la segunda mitad, el público le dedicó una espectacular ovación. Nada comparable, por supuesto, a los gritos que atronaron en el Camp Nou en la primera parte con la exhibición de Messi, la enésima. Corría el mosquito, como le llama su compatriota Umtiti, por la banda, mirando de reojo a Valverde, desesperado como estaba de conocer a Messi de verdad. Tuvo tiempo, eso sí, de ver desde la banda, a punto de salir, el tercer gol de Leo mientras Carlos Naval, el delegado del Barça, pedía el cambio.

Asistencia a Suárez

Se fue ovacionado Deulofeu, atrevido y descarado, como se le pide, y salió Dembélé. Lo primero que hizo el chaval fue mirar a Leo. Y este, con un gesto de complicidad, le ordenó adelantarse para colocarse como extremo derecho. Una de las innovaciones de Valverde: un extremo abierto, pegado a la cal de la banda derecha. Primero, Gerard; luego, Ousmane. Por la izquierda se movía Luis Suárez, aunque, en realidad, le pertenecía toda la banda a un colosal e incansable Jordi Alba, que no se bajó de la moto en toda la noche.

Al chaval se le vio tímido, ¡cómo para no estarlo!, diríase que hasta impresionado por el escenario y, sobre todo, por todo lo que le rodeaba en el Camp Nou. Pero el público tenía tantas ganas de verlo que le estimuló. Fue entonces cuando Dembélé demostró lo que es ya. Pero, especialmente, lo que puede ser. En la jugada del quinto gol, el último del Barça, todo nació en el pase de Ter Stegen a André Gomes, que oteó la carrera del mosquito, quien generoso asistió a Suárez. Buena presentación para Dembéle, mientras un sector del Camp Nou pedía la dimisión de Bartomeu. Ni el 5-0 le libró.