Un tridente de 80 goles

El Barça suma 27 partidos sin perder y se queda a uno de igualar el récord de Guardiola

Neymar, Suárez y Messi celebran un gol.

Neymar, Suárez y Messi celebran un gol. / periodico

DAVID TORRAS / BARCCELONA

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Las cifras se acumulan, de gol en gol (105) y de victoria en victoria, desbocado el Barça camino de otra final, con los culés pendientes ya de saber la sede y poner en marcha otra caravana decididos a recoger un título que la pasada temporada conquistaron sin moverse del Camp Nou. No será el Bernabéu, que cualquier día volverá a hacer obras en los lavabos, así que el Calderón aparece como el escenario probable con Mestalla siempre a punto para la cita.

En un partido de globetrotters, Suárez y Messi se repartieron los siete goles y acabaron saliendo del campo con un balón bajo el brazo cada uno, recuerdo del cuarteto y del ‘hat trick’ que consiguieron. Los números del tridente sin imponentes: 80 goles de un total de 105. Una barbaridad, con Suárez más en racha que ninguno (34 goles en 33 partidos) y que dejó una estadística descomunal: 5 remates, 4 goles, y una asistencia a Messi. «No me marco cifras sino solo ayudar al equipo y ganar títulos», proclamó el 9. 

Neymar, en cambio, se quedó sin marcar a pesar de que lo intentó de todas maneras y sus dos amigos le buscaron descaradamente para que se uniera a la fiesta. «Queríamos que se fuera feliz después de fallar el penalti. Pero esto son rachas y se ha ido feliz por el equipo», admitió Suárez.

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Como otras veces, quienes no se fueron felices fueron algunos rivales, en especial Barragán, con quien acabó enredado en una refriega verbal después de alguna de sus fantasías que no todo el mundo acoge de buenas maneras. «Veo a Ney como siempre. Un tío alegre, muy dicharachero, que disfruta jugando a fútbol. Lo veo disfrutar en toda su vida», dijo Luis Enrique, sin querer valorar la forma de tirar el penalti: «A mí me parece todo bien».

La goleada prolonga una racha que ya le ha permitido igualar el lejano récord del Barça de Rinus Michels (73-74) con 27 partidos sin perder y le deja a las puertas de igualar el de Guardiola (2011) con una cifra idéntica si se mantiene firme el domingo en Levante (23 victorias y 5 empates), donde Luis Enrique cumplirá sus 100 partidos en el banquillo azulgrana, y la posibilidad de superarla. «Me quedo con todo, son unas semifinales y con el calendario que tenemos y nos queda, ver responder al equipo con esta ambición, con esta confianza es para felicitarles y seguir felicitándoles. Son muy buenos», declaró el técnico, quien proclamó que afrontarán la vuelta con la misma seriedad.     

Frente a la euforia azulgrana el Valencia era una hoguera con Gary Neville en medio de las brasas. La rueda de prensa se convirtió en un calvario con durísimas preguntas y el deseo unánime de perderle de vista. «No dormiré bien, pero no dimitiré», dijo, aunque su continuidad parece difícil, con el equipo cayendo semana a semana y cada día más cerca del descenso. Su pasado como crítico comentarista de televisión, azote de los técnicos, se ha vuelto en su contra y es motivo de mofa en su país. Ahora, recoge tempestades.