DELANTERO DEL BARÇA

David Villa: «Sé lo que se sufre contra el Barça, yo ahora lo disfruto»

David Villa, tras la entrevista.

David Villa, tras la entrevista.

MARCOS LÓPEZ / JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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En medio año, David Villa ha pulverizado los números de Ibrahimovic. Gracias a los goles (17 en la Liga, 21 en total) y a su perfecta integración en el Barça. Inmerso en su mejor racha (cuatro goles en los cuatro últimos partidos), mañana vuelve a Mestalla.

-¿Pensó que se adaptaría tan pronto al Barça?

-Estoy muy contento de cómo van las cosas. Era lo que más o menos me imaginaba, lo que ya me habían comentado antes de venir. Tenía, y tengo, claro, muchos amigos en esta casa y ya había hablado muchas veces con ellos sobre lo que es el Barça.

Pero está siendo una temporada muy especial, incluso es mejor en puntuaciones que las dos anteriores, que ya eran impresionantes.

-Les espera una visita comprometida. Y emocionante para usted.

-Sí, estoy contento por volver al estadio donde tantas alegrías viví y tantos amigos dejé. Será una sensación especial, como en Gijón.

-¿Cuál es esa sensación?

-De alegría, pero se te hace raro. Te enfrentas a equipos que quieres que ganen cada domingo pero cuando vas allí quieres ganarles. Te sientes como parte de ellos hasta que empiezan los 90 minutos.

-¿Cómo espera ser recibido? ¿Celebrará un gol?

-No lo sé, yo me marché bien, la gente me dio mucho cariño en Valencia. Si marco, como ya me pasó en Gijón, intento no exteriorizar mi alegría por el respeto a tanta gente que me ha ayudado a ser lo que soy hoy.

-Treinta mil personas le recibieron en el Camp Nou.

-Aunque uno está acostumbrado a jugar delante de mucha gente, cuando pisé el estadio, me impactó. Antes de ponerme la camiseta, ya notaba el cariño de la gente. Desde que el verano anterior se frustrara el fichaje. En la calle, muchos aficionados del Barça me decían que lamentaban que no pudiera venir aquí. Y eso me hacía muy feliz.

-¿Llegó a pensar entonces que había perdido el tren?

-Si en el 2009 el destino no quiso que estuviera aquí y ha querido que fuera este verano, pues por algo sería. Nunca pienso qué hubiera pasado si hubiera ocurrido algo distinto. Estoy muy orgulloso de mi carrera y no cambiaría nada.

-¿Creyó que el Barça no volvería a por usted?

-Estaba casi convencido de que no. Cuando piensas que el Barça ha hecho un fichaje tan importante con Ibrahimovic, que juega en tu posición, cuando la cantidad que piden no es fácil de pagar... Creía que se había escapado el tren. Pero también creía que si hacía otro buen año en el Valencia, no solo el Barça, sino otros equipos se interesarían por mí.

-Llegó al mejor Barça nunca visto.

-Ya cuando estaba con la selección, después de ponerme la camiseta, me veía mentalmente jugando en el Barça. Fue algo raro. Firmé en mayo y no jugué hasta agosto.

-Un equipo donde lo más importante, precisamente, es el aspecto mental. Aquí el balón no se pasa, vuela.

-Sí, es verdad. Es un estilo de juego muy complicado. Pero creo tener las dos características principales para encajar: las ganas de adaptarme y poseer un estilo que iba bien al equipo. No podemos olvidar que aquí ha coincidido un grupo con un estilo que se juega a la perfección y con los jugadores adecuados para ejecutarlo. En el centro del campo, en la defensa, en la portería y la gente de arriba, que se asocia bien, con mucha movilidad y sin un delantero fijo.

-Un sistema al que se ha adaptado muy bien.

-Era complicado, pero con ganas y condiciones, podía ser más sencillo. El Barça creía que mi forma de jugar encajaba en este estilo y por eso realizó una inversión tan alta en mí.

-Eso fue lo que le dijo Begiristain.

-Tanto Txiki como Raül (Sanllehí) o el propio Laporta me dijeron que estaban aliviados. ¿Por qué? Por todo lo que pasó hace un año. Ellos estaban aliviados por lograr el fichaje, pero yo también me sentí aliviado.

-Guardiola también resopló.

-Ahora es fácil decir que Guardiola lo hace todo bien. Pero no se pueden olvidar sus inicios ante el Numancia o Racing, apostando por jugadores como Pedro o Busquets, que ya son una referencia en el mundo. Con el míster, el Barça sabe cuál es su idea. Pero no es tan fácil porque este sistema asume muchos riesgos. Cualquier equipo puede jugar así, pero nadie lo hace. Tiene mucho riesgo querer siempre la pelota, usándola para atacar y para defenderse.

-¿Qué es lo que más le sorprendió?

-Los pequeños detalles. Desayunas aquí, comes aquí, en la ciudad deportiva, vives el fútbol a cada segundo, disfrutas de estar mucho tiempo con tus compañeros y luego, en cambio, aprovechas el tiempo con tu familia. Eso de viajar en el mismo día del partido está muy bien.

-Ahora disfruta del Barça, antes lo sufría.

-Pues sí, no hay mejor palabra para definirlo. Antes sufría y ahora disfruto. Cuando jugaba contra ellos, sabías que tenías que correr muchísimo detrás de la pelota. E incluso corriendo muchísimo, perdimos 6-0, 4-0 y 3-0 en mis últimas visitas. Ahora veo esa frustración que tenía yo reflejada en el rostro de los rivales. Cuando juegas contra el Barça, no es una semana normal. Preparas muchas cosas, luego llega el partido, haces las cosas más o menos bien, y pierdes. Yo sabía lo que era jugar contra el Barça.

-Los rivales no se entregan...

-Lo que ha hecho este equipo, que ha ganado 16 partidos consecutivos, y con los puntos que llevamos, no es para quitarle ningún mérito.

-¿Se ha reinventado como jugador?

-No lo sé, pero estoy orgulloso de poder acoplarme a otra posición que no es la mía. Eso me satisface mucho. Estoy jugando ahora de otra manera y mi rendimiento no ha bajado, tanto en el aspecto estadístico como en el personal. Me encuentro bien, juego bien, el míster confía en mí y mi cifra de goles está siendo igual a la de otros años.

-¿Dónde está el cambio?

-A la hora de defender. En ataque tenemos una libertad enorme para llegar por cualquier sitio, pero en el aspecto defensivo hay unas pautas minímas que todos debemos cumplir.

-Pero el Barça corre poco...

-Eso parece desde fuera. Si tenemos a Leo, el mejor del mundo, corriendo hacia atrás para recuperar un balón, queda dicho todo. No, lo que pasa es que hay siempre muchos apoyos para encontrarnos unos a otros. El día en que dejemos de correr seremos más débiles por mucha calidad que tengamos. Pero ese día no va a llegar. Seguro que no.

-Además, su conexión con Messi ha sido inmediata.

-Antes de venir, ya decía que era el mejor del mundo. Ahora aún más y está obsesionado en mejorar cada día. Busca siempre el más allá, eso le hace ser aún mejor jugador. No he visto a nadie como Leo en todo: el control, la velocidad, el disparo, el regate... Muchas veces le tiran patadas y no pueden ni darle.