El rival europeo

El Arsenal pierde la final de la Carling en el último minuto

El equipo de Wenger cae ante el modesto Birmingham (2-1) y sigue sin ganar un título en 6 años

Bendtner, Koscielny y Djourou (de izquierda a derecha), abatidos tras perder la final, ayer en Wembley.

Bendtner, Koscielny y Djourou (de izquierda a derecha), abatidos tras perder la final, ayer en Wembley.

JORDI TIÓ
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cesc Fàbregas ya tiene otro motivo para pensar seriamente si vale la pena seguir en el Arsenal. Si lo que le retiene en Londres es el reto y la ilusión de ganar títulos, está claro que está en el club equivocado. Y para muestra, lo sucedido ayer en Wembley: el equipo de Arsène Wenger perdió contra todo pronóstico la final de la Carling Cup ante el modesto Birmingham (2-1), cuya máxima aspiración en la Premier es evitar el descenso, y dejó sin título a losgunners, que aspiraban a levantar una copa tras seis largos años sin nada que llevar al museo. Fàbregas, que no jugó para no agravar su lesión muscular, seguirá esperando.

La enorme ilusión de la afición del Arsenal por ganar la final, una euforia alimentada en la última semana tras lograr derrotar al Barça en la Champions, se transformó en una monumental frustración. No solo lloraban los aficionados en el majestuoso estadio de Wembley; tampoco los jugadores podían contener las lágrimas mientras enfilaban las escaleras hacia el palco para recoger el premio de subcampeón, ese que no quiere nadie y al que el Arsenal parece abonado.

CLUB BLOQUEADO / Si los hinchas y el equipo andaban desconsolados, el club alargaba su travesía del desierto y la sensación de no poder sacudirse de encima una maldición. «Una victoria desbloquearía al club», había vaticinado Wenger antes de la final. Pues, tras el batacazo, seguirá atenazado por un tiempo más, para desgracia de Wenger y fortuna del Barça, que ve como a su rival en la Champions se le vuelven a aparecer todos los fantasmas cuando creía que los había expulsado.

Y lo cierto es que es para creer en espectros malignos viendo cómo al Arsenal se le fue una final que logró igualar y que pudo ganar con cierta claridad. Pero una indecisión entre el central Koscielny y el portero Szczensy en el minuto 89 dejó el balón a los pies del veterano Martins, que solo tuvo que empujarlo.

El Birmingham, que no ganaba la Carling (Copa de la Liga) desde 1963, supo frenar al Arsenal en la primera mitad e incluso se avanzó en el marcador gracias a Zigic (exjugador del Valencia y Racing), que marcó de cabeza tras un córner (m. 28). Van Persie empató de volea tras un centro de Arshavin poco antes del descanso (m. 39) y se lesionó. Tuvo que ser sustituido, mientras Foster, el meta del Birmingham, detuvo al Arsenal, quien regaló dramáticamente un título. Y con Cesc en la grada.