El Barça recupera la ilusión

El Barça vuelve a soñar, a creer en sus fuerzas, a alimentar la ilusión del Palau, incluso a pensar que la Euroliga no es un sueño inabordable, lo que hace apenas una semana parecía una quimera.

No es fácil entender la transformación vivida por los azulgranas en apenas ocho días. Pero puede afirmarse que la racha de cuatro victorias llega tras un cambio radical, como pudo comprobar el líder de la competición, el CSKA Moscú, que llegaba lanzado a la cancha barcelonista (16 victorias en 18 partidos) y la dejó tras un serio repaso  (85-72).

No hizo una sola concesión frente al CSKA (apenas unos minutos de desconcierto en el segundo cuarto) y la claridad con la que se impuso, hace creer incluso al Barça que aún está tiempo de engancharse a la Euroliga, por mucho que cerrara la primera vuelta de la competición con solo 5 victorias por 10 derrotas.

Koponen, con 13 puntos, lideró a un grupo de cinco azulgranas por encima de la decena de puntos en una victoria que ratifica las excelentes sensaciones colectivas de los últimos día y cambia, por completo, la dinámica que se vivía en el Palau.

«Estamos felices. Necesitábamos una victoría así, con nuestro público. Hoy ha salido casi todo perfecto», admitió Juan Carlos Navarro. «Es el camino a seguir. Si podemos hacer un partido así de bueno ante el CSKA, lo podemos hacer ante cualquiera», remarcó. «No está todo perdido, pero tenemos que tener cabeza».

Ribas manda

No hizo justicia el marcador del descanso al Barça, que supo jugar bien sus bazas, dominó y llevó las diferencias hasta los 16 puntos gracias a un notable rendimiento cara a canasta (44-28, m. 18). 

El buen trabajo defensivo, el control en el rebote y la posibilidad de salir en rápidas transiciones cimentó algunos de los mejores minutos del cuadro azulgrana, ampliando las excelentes sensaciones generadas en la cancha del Khimki, donde cortó su racha de derrotas.

Pau Ribas sigue haciendo méritos al papel de director titular. Hanga mantuvo altas las revoluciones de los primeros minutos  y la entrada de Vezenkov y Oriola (que gozó de más minutos por la baja de Seraphin) ayudó a mantener la intensidad de los primeros minutos.

Pero no se puede hacer concesiones frente a un CSKA sobrado de talento y  muy seguro de sus fuerzas, que empezó algo bajo de biorritmos y que, poco a poco, fue entrando en la pelea. Y un par de minutos en los que el equipo azulgrana encontró problemas para circular el balón, unidos al lógico despertar ofensivo de jugadores como Kurbanov y De Colo permitió al cuadro de Itoudis apretar de nuevo el marcador al final de la primera mitad (47-42).

Más intensidad

Elevaron los dos equipos su intensidad en la reanudación  y el Barça dispuso de buenas oportunidades de sostener o incluso de ampliar sus ventajas. Pero le faltó algo más de acierto y el CSKA llegó a limar al máximo la diferencia, disparando la tensión  (53-50, m. 25). 

En ese momento de máxima presión, apareció Navarro con dos triples consecutivos que devolvieron la tranquilidad y permitieron al equipo azulgrana recuperar la iniciativa (66-55, m. 30).

Así entró el Barça en el último parcial con todo de cara, y con Oriola convertido en una pieza decisiva (sumó seis puntos consecutivos para firmar el 72-55), lo que permitió consolidar la ventaja, mientras el marcador se elevaba como un muro insalvable para el CSKA, que acabó por tirar la toalla sin nadie que saliera a su rescate.