BALONCESTO

El Barça sobrevive a otro drama en el Palau

El UCAM Murcia lleva al límite a un inconsistente equipo azulgrana (73-70)

Claver intenta deshacerse de la defensa de Tumba

Claver intenta deshacerse de la defensa de Tumba / periodico

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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El drama planeó de nuevo por el Palau. Esta vez no fue el CSKA Moscú, como hace dos días, el que llevó al límite al equipo de Bartzokas. Fue el UCAM Murcia. Hasta los últimos cuatro segundos, con dos tiros libres transformados por Vezenkov,  no se sacudió el miedo del cuerpo (73-70), algo que ya es habitual esta temporada para un equipo como el Barça sin apenas credibilidad, que venció sin convencer y que vive inmerso en una crisis profunda.

Antes de cada partido, el Barça hace propósito de enmienda. Hay buenas palabras y deseos. Hasta que entra en la pista. Entonces el juego de los azulgranas se vuelve tan inestable como la nitroglicerina. El guion salta en mil pedazos y los partidos se convierten en una endiablada montaña rusa. No hay ninguna garantía de lo que deparará el equipo de Bartzokas, aunque por lo visto esta temporada, nada bueno por regla general. El público empieza a tenerlo claro. Y las gradas del Palau cada día están más vacías.  

ALTERNATIVAS CONSTANTES

Frente al UCAM Murcia, empezó el equipo de Bartzokas con decisión (9-2, m. 5), defendiendo con intensidad. Como si no hubiera mañana. Pero llegó el apagón: un parcial de 2-10, para ceder el primer cuarto (14-15). Volvió a enchufarse y firmó un parcial de 11-0 en un visto u no visto, en una racha de triples que abrió sus ventajas (36-23, m. m. 17). Segunda desconexión. Otro parcial en contra de 2-10 y vuelta a empezar (38-33, m. 20).

Los partidos así se convierten en un suplicio para los barcelonistas, que aparecen y desaparecen (46-46, m. 26; 54-55, m. 30) y son incapaces de tener una línea de continuidad, lo que acelera aún más sus acciones y disparan los nervios conforme se entra en los minutos decisivos. Los rivales lo saben y lo explotan. Así vivió el Barça el último cuarto. Paseando por una cornisa peligrosa (64-65, m. 37) en la que estuvo a punto de despeñarse otra vez, y de la que lo rescataron los tiros libres.

En algo no anda errado Bartzokas: hay un problema mental en sul equipo, que demanda, cuanto antes, que todos se tiendan en el diván del psicólogo para aclarar las ideas.  

FAVERANI, DESTACADO

En esa rueda impredecible, los jugadores aparecen y desaparecen en función de biorritmos y estados de ánimo. Tyrese Rice, una de las piedras angulares del proyecto, solo sumaba 2 puntos después de tres cuartos. Y anque tuvo algún fogonazo, tuvo una presencia inocua. Tampoco Tomic fue incapaz de entrar en juego. En cambio,  Faverani apareció frente a su exequipo (16 puntos, 8 rebotes) y sostuvo a los azulgranas durante muchos minutos después de actuaciones más que discretas. Igual que Claver (9 puntos, 6 rebotes) o Koponen (8 puntos, 8 asistencias), que estuvieron entre los destacados del Barça. Pero son todos elementos aislados. Sin un plan general.

El UCAM Murcia creyó siempre en sus posibilidades de la mano de un epxlosivo Campazzo (20 puntos, 4 asistencias), de un intenso Rojas (5 puntos, 8 rebotes) y de la aportación de Radovic (17 puntos, 7 rebotes) sobre todo en la segunda mitad. Le faltó poco. Pero hizo evidente que a este Barça le tose cualquiera.  

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