Rice marca el compás de un Barça que sigue hacia arriba

El Barça sigue hacia arriba. En ritmo, sensaciones y también en número de victorias. Frente al Zalgiris Kaunas cosechó la cuarta en la Euroliga, la quinta consecutiva si sumamos también la ACB (92-86). En su visita al Palau, el conjunto de Sarunas Jasikevicius pudo comprobar que el equipo de Bartzokas, lejos de amilanarse por las bajas, por la adversidad, por un calendario tan exigente, mejora partido a partido y destila cada vez más confianza. Lo hace al ritmo de su estrella Tyrese Rice, el hombre que marca el compás, autor de 20 puntos, 18 en una segunda espléndida parte del equipo azulgrana, en la que se vio obligado a asumir la responsabilidad.

Apareció la estrella del Barça en los momentos calientes, obligado por la exigencia del encuentro a jugar 30 minutos (otra vez), y desatascó un partido complicado frente a un Zalgiris que no se entregó hasta el final, que le complicó la vida a los azulgranas, especialmente por el acierto del australiano Brock Motum, autor de 26 puntos.

Pero al lado de Rice aparecieron otros jugadores como Koponen (16 puntos), Vezenkov (12 puntos), Eriksson (11, su mejor anotación europea), Oleson (7 puntos, 6 asistencias) o Dorsey (9 puntos, 10 rebotes) que viven un buen momento de forma y que han elevado las pulsaciones de la plantilla.

DEBUT DE HOLMES

Hay un concepto que Bartzokas no para de repetir estos días: sobrevivir. Eso es lo que está haciendo el equipo azulgrana en la Liga y en la Euroliga, y lo que hizo frente al Zalgiris durante muchos minutos.

Es la única opción posible con una plantilla tan corta y y calendario tan estresante como el que se le presenta esta semana, con cinco partidos en 11 días, contando el de anoche.  El Barça intenta ahorrar energía, limitar el desgaste, repartir los minutos sin cargar a nadie en exceso (los de Vezenkov y Eriksson siguen creciendo) y esperar que escampe en la enfermería. Lo intentó con Rice.  Y también con Perperoglou, después de que recibiera un doloroso golpe en la primera mitad, que aconsejó que se permaneciera en el banquillo después del descanso.

En ese sentido, la llegada de Jonathan Holmes, que tuvo un debut interesante (12 minutos, 4 puntos, 3 rebotes, una asistencia), aunque solo llevaba dos entrenos con sus nuevos compañeros, ayudará a repartir las cargas, a la espera del regreso de Doellman, Navarro y Claver.

MOTUM, DESATADO

Pero la intensidad de Zalgiris, la presión en el marcador de principio a fin, los minutos de inspiración de Motum (26 puntos, 4 de 5 triples) y el buen trabajo coral de los hombres de Jasikevicius impidió relajarse al Barça y le obligó a darlo todo en la segunda mitad, hasta llegar con un apurado 36-35 al descanso.. 

El plan del Zalgiris pasaba por desconectar a Rice y en eso puso todo su empeño, con una agobiante presión en toda la cancha, sin ningún reparo en utilizar las faltas (es el equipo que más comete en la competición), aplicándose con un ritmo intenso y corriendo en cuanto tenía la oportunidad. 

Por momentos lo consiguió, pero el Barça también dio un paso adelante en intensidad y se desató ofensivamente tras el descanso (56 puntos), aceptando el escenario que le planteó el Zalgiris: un encuentro de ida y vuelta, del que volvió a salir airoso por el protagonismo de Rice y también  por el excelente trabajo en defensa, una de las virtudes que empiezan a ser definitorias del proyecto de Bartzokas. 

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