VIAJE AL PASADO

El club de los centenarios badalonenses

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Manuel Arenas / Badalona

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Maria Cussó (Badalona, 1917) va algunas tardes a hacer compañía a otra anciana badalonesa de noventa y muchos. Las mujeres se sientan en un portal y empiezan a recordar la Badalona de hace un siglo que tan bien conocen: una ciudad eminentemente industrial en la que vivían 29.361 personas, según el censo de 1920 registrado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), una cifra que fundamentaba un modelo de ciudad muy diferente al de hoy, cuando acoge a 215.634 habitantes.

En aquella Badalona no existían muchas de las comodidades del presente, pero había un valor que primaba por encima de todo: la familia. Eso es lo que más echa de menos Maria, que iba cada día a ver a su abuelo correteando por las calles de Badalona, donde las puertas de las casas se mantenían abiertas. "No como ahora, que vivimos con más miedo", apunta. "Cuando era pequeña había cosas tercermundistas, pero como no habíamos visto casi nada, éramos felices".

Maria es una de las entre 30 y 35 personas centenarias registradas por el Ayuntamiento de Badalona actualmente, la gran mayoría mujeres. El consistorio badalonés, en el marco de la Semana del Envejecimiento Activo, ha homenajeado este miércoles en el Teatro Zorrilla a sus centenarios. Entre dichos centenarios están Maria, Olaya y Rafaela, tres ancianas que, a través de sus vivencias, reconstruyen para EL PERIÓDICO la Badalona de un siglo atrás.

Destino de migrantes andaluces

Cuando Olaya López (Vélez-Blanco, Almería, 1916) nació ni siquiera se computaban en Badalona las personas centenarias. Sí en la provincia de Barcelona, donde en 1920 había 23 ancianos centenarios (17 mujeres y 6

De todas las personas llegadas a Badalona en los años 50, el 53% procedía de Andalucía

hombres), cifra inferior a los que constan hoy solo en Badalona, lo que muestra el gran avance en esperanza de vida durante este último siglo.

Olaya, que bromea atribuyéndose una 'juventud' de 65 años, ha vivido 101 primaveras. Llegó a Badalona hace 60 años: "Mi familia vino porque en el pueblo no había trabajo", indica, un relato que desde mediados del siglo XX fue la tendencia en la ciudad.

En 'Història de Badalona', obra dirigida por el historiador Joan Villaroya, se afirma que un 53% de las personas llegadas a Badalona durante la década de los 50, como Olaya, procedían de Andalucía. El porcentaje fue disminuyendo muy levemente hasta 1970, cuando todavía doblaba al de personas procedentes del resto de Catalunya (23%). 

La preeminencia del sector textil

Rafaela Fidelis (Badalona, 1917) cumplió un siglo la semana pasada. En el 'casal' de abuelos del Raval, donde la anciana pasa las tardes, todavía la felicita gente mientras ella enseña con el ímpetu de una niña las fotos de su pastel con tres velas, una para cada cifra.

Durante los años 20, el sector textil era el que daba trabajo a más gente en el área metropolitana

Desde bien pequeña -14 años- Rafaela trabajó en el sector textil de Badalona, como Maria -cosiendo ropa y material belicos- y Olaya. "Yo en Badalona he trabajado toda la vida del ganchillo y arreglos", dice la última.

Ciertamente, el sector textil era el que daba trabajo a más gente en el área metropolitana de Barcelona durante la década de los años 20, seguido del trabajo del hierro y del sector forestal y agrícola. Esto contrasta con el "fuerte decrecimiento" de la agroindustria y el "fuerte crecimiento" del sector de la energía, agua y residuos desde el 2008 en Badalona, según datos del Observatorio de Desarrollo Local de la ciudad.

Una caja de peras, 10 céntimos de peseta

En una ocasión, la Maria niña se encontró en el suelo una moneda de 10 céntimos de peseta, justo lo que valía en aquella Badalona una caja de peras dulces. Una amiga la alertó de que la moneda era falsa, lo que no la disuadió de intentar la compra. "Se lo debí decir al vendedor con tanta gracia que coló y me dio las peras", ríe.

Por su parte, Olaya pone de relieve que su mejor recuerdo de Badalona es cuando conoció a su amiga Antonia el primer día que llegó. "Cuando la conocí nada más pisar la ciudad forjamos una amistad para toda la vida", certifica.

Un siglo escribiendo poemas

El día a día de Rafaela y Maria, que viven solas -Olaya vive con su hija-, es "como el de cualquier ama de casa", pues a sus 100 años no tienen problemas de salud más allá de algún dolor de piernas. Por la mañana van a comprar y por las tardes pasan un par o tres de horas en centros de personas mayores de Badalona. "Allí, me gusta escuchar a otras mujeres que hablan por los codos", bromea Rafaela.

Un signo representativo de cómo la sociedad ha cambiado durante este último siglo es comparar el nivel cultural de los centenarios de los años 20 con el de los actuales. De aquellos 23 censados en Barcelona, solo 6 mujeres y 3 hombres sabían leer, realidad muy distinta a la de los centenarios de nuestro tiempo. El ejemplo más claro es el de Maria, que en sus ratos libres aprovecha para leer una biografía de Katharine Hepburn. "Aunque a veces, cuando no me ve nadie, me salto alguna paginilla", admite. Maria también escribe poemas porque cuando lo hace se siente como retratando una realidad perenne, que es en verdad la de su propia vida.

Casi 2.000 personas con 100 años o más en Catalunya

Maria y Rafaela conocieron ayer por primera vez a otras personas centenarias. Hasta entonces no sabían de ninguna, pero por separado mostraron ilusión antes del acto por conocer a otros ancianos de su misma edad o mayores. <span style="font-size: 1.6rem;">De las tres ancianas entrevistadas, solo Maria Cussó -la única con biznietos- tiene antecedentes de longevidad centenaria: su madre falleció con 105 años, el doble de los que tenía su padre al morir.</span>