GENTE CORRIENTE

«Experiencia es libertad, y eso llega con la edad»

Laura Rosillo ayuda a las empresas a revalorizar el talento de sus empleados séniores. Y a los séniores, a confiar en las ventajas de la edad.

zentauroepp39165136 laura rosillo contra contraportada170707173724 / DANNY CAMINAL

«Cuando sea mayor, me gustaría viajar a París». María Luisa tenía 80 años cuando dijo esa frase, en la cama de un hospital. Quince días después falleció. Su hija, Laura Rosillo Cascante (Barcelona, 1956), es heredera de esas ganas de vivir, del arte de poner vida, ilusión y proyectos a los años, y no limitarse a sumar años a la vida. Ella de niña quiso ser reportera de guerra. Especializarse en gestión de recursos humanos la ha llevado hoy a liderar la digna batalla de borrar la discriminación por edad. «Tengo 61 años», dice al iniciar sus charlas en empresas que sí quieren crecer sacando partido al talento sénior.

–Léanos la mitad llena del vaso de la edad.

–En él hay experiencia, y experiencia es libertad, y eso llega con la edad. Una mariposa no es más que un gusano con experiencia. Hay facultades que se ganan con la edad, como conocer los atajos para lograr cosas, o la capacidad de comprensión. Yo quiero dedicarme a rescatar a la gente de mi generación que ha tirado la toalla, enseñarles que tienen más libertad a su alcance.

–¿Cuánto marca el termómetro de la discriminación por edad en nuestra sociedad?

–Es brutal. Si estás en paro y tienes más de 45 años, no te contrata nadie. Y si estás en una empresa, no te dan proyectos nuevos.

–Quizá a más de uno eso ya le vaya bien.

–El más de lo mismo mata. ¿Treinta años trabajando en el mismo puesto? Así sabemos cuál es nuestro oficio, ¿pero nuestro talento? Nadie nos hace reflexionar sobre el trabajo que nos hace sentir más felices, y en él seríamos más productivos. Algo a pensar también para hacer ingresos extra ante las escasas pensiones que nos esperan.

–¿Qué es lo que encalla a la sociedad en una mirada tan discriminatoria a la edad?

–Sobre todo, la falta de conciencia de que los mayores de 50 ya somos la nueva mayoría. Nadie se da cuenta de que los millennials son muy pocos en comparación con los séniores. En números absolutos, en abril hubo más parados mayores de 50 que menores de 35. Y a la que cumples 45, olvídate de volver a la empresa, aunque en Japón y Australia ya están recontratando a prejubilados, porque no tienen suficientes jóvenes.

–¿Qué les propone a los empresarios?

–Descubrir sus potenciales maravillas. Sus empleados con más años de experiencia entienden a la empresa y al cliente, saben cómo funciona el sector, ¿por qué no pueden ellos innovar? Toda persona tiene un talento a desarrollar, algo que dar, los mayores de 50 también. Yo busco Steve Jobs mayores de 50 años. Debería retomarse el sueño de cuando se es joven, desarrollar la creatividad, hay que estimular la intraemprendeduría en las empresas en lugar de proponer jubilaciones anticipadas o mentoring. Al sénior no le des manzanas y masajes, proponle un nuevo reto. No se trata de motivar a la gente, la gente ha de venir motivada de casa. Dale responsabilidad.

–La inmersión tecnológica ya es un reto.

–Sí, relanzar la carrera laboral del profesional sénior pasa por digitalizarse. Es parte de la metodología y recursos que utilizo en mi trabajo con empresas, orientando y acompañando en la gestión de la edad a partir del talento de cada persona. La empresa DKV de seguros, por ejemplo, emprende proyectos innovadores intergeneracionales complementando experiencia y visión sénior con formación digital que lideran empleados menores de 30 años.

–¿Cómo ha llegado a crear su misión?

–Mi propia reinvención me ha traído hasta aquí. Experimenté mi transformación digital, los mayores de 50 años aprendemos de manera diferente. Cuando me di cuenta de que era un problema general, empecé a informarme, a recopilar y crear herramientas para facilitar el aprendizaje de inmigrantes digitales, quienes ya eran mayores cuando llegó el mundo digital. Ahora soy formadora de formadores.