SEXTA HUELGA DEL AÑO

El taxi asfixia Barcelona

La 'flota amarilla' ralentiza los accesos al puerto, al aeropuerto, la Diagonal y la Ronda de Dalt

El sector protesta contra la proliferación de VTC colapsando algunas de las vías de acceso a BCN

Varios taxis circulan a marcha lenta por la plaza de Espanya. / MIREIA REYNAL

Los taxistas se propusieron agravar el caótico transporte que sufre la ciudad de Barcelona y su entorno metropolitano en las últimas semanas, tras los conflictos del metro, Bicing y aeropuerto, y lo consiguieron. En la sexta movilización del año contra la concesión de licencias de conductores profesionales particulares VTC, que utilizan plataformas digitales como Uber o Cabify, la flota amarilla, o al menos una importante parte de ella, salió a la calle para desencadenar el caos en la ciudad y dejar la ciudad sin taxis.

La señal de salida se dio este jueves a las 10 de la mañana en una asamblea de más de un millar de taxistas convocados por el sindicato Élite en el aparcamiento especial que tiene este sector entre las terminales 1 y 2 del aeropuerto. «Llegaremos hasta donde haga falta, Y si no nos escuchan intensificaremos nuestra lucha con protestas cada semana o cada día. Hoy vamos a intentar paralizar la economía del puerto y el acceso al aeropuerto para que nuestra protesta le llegue al ministro de Fomento», clamó Alberto Tito Álvarez, portavoz de Elite.

Dicho y hecho. Un millar de coches salieron del aparcamiento y se dirigieron a la Zona Franca, para bloquear los accesos al puerto, y a la plaza de Espanya, para restringir la circulación hacia el aeropuerto.

Servicios sociales

«Estaba previsto dar una licencia VTC por cada 30 taxistas y en Barcelona ya se han dado 15», denunció Joaquín Vila, taxista destinado a coordinar los pocos taxis que funcionaron en el aeropuerto para llevar a personas que lo necesitaran como discapacitados y familias con niños muy pequeños. «Es un servicio social», dijo.

Precisamente en el aeropuerto el impacto de la huelga de los taxistas fue mínimo ya que los viajeros se volcaron en el Aerobús y en el metro para llegar al centro de Barcelona. Pese a que los autobuses azules pusieron en servicio todos los vehículos de que disponen, al mediodía se registraron importantes colas en sus paradas al menos en las terminales de las instalaciones aeroportuarias.

Muchos pasajeros sufrieron las consecuencias. Como el cardiólogo Jesús Montero, que acababa de llegar de Valladolid con sus hijos y nietos pequeños con la esperanza de ir en taxi al hotel. «Invité a toda la familia a embarcar en un crucero. Venimos con mucho equipaje y no puedo hacer esta cola para ir en bus tan cargados y con niños pequeños», explicó. Los taxistas aceptaron llevar a parte de su familia y las maletas. «En mi hospital si hacemos huelga hay servicios mínimos. ¿Aquí no?», dijo.

Los taxistas cumplieron con su propósito de colapsar el tráfico rodado en buena parte del perímetro comprendido entre el aeropuerto y el puerto de la capital catalana. En torno a dos millares de taxis se han distribuido de manera escalonada entre la C-31 y la C-32, que transcurren por el litoral de las poblaciones adyacentes a Barcelona y conectan Castelldefels con la Gran Via y con la Ronda Litoral, respectivamente. Vehículos negros y amarillos circulaban en muchas ocasiones en grupos de algo más de una docena, aminorando la marcha para ralentizar la circulación de dos de las vías de acceso a la gran urbe.

Fricciones

A mediodía, la afectación de ambas vías llegaba a la altura de Bellvitge, cumpliendo con el objetivo de los convocantes: afectar al tránsito en los principales accesos al aeródromo y el puerto de Barcelona, «los puntos estratégicos de Fomento» en la ciudad. Mucho ruido de claxon, y nervios entre los demás conductores ante los parones que sufrían, aderezados con aspavientos y algunas pugnas dialécticas entre estos y los taxistas en huelga.

Entre los taxistas que aminoraban la velocidad de la marcha, mucha presencia de distintivos y banderas del sindicato Elite, uno de los principales impulsores de la marcha, de la que se ha desmarcado Fedetaxi. Este último sindicato, que aglutina a más del 70% de los taxistas con licencia en España, ha optado por una estrategia más conservadora al valorar positivamente las actuaciones públicas puestas en marcha tras la manifestación del pasado 30 de mayo.

Menos optimistas se muestran en Élite, a tenor de las palabras de Álvarez, que ha avanzado que las protestas proseguirán en septiembre, cuando se convocarán movilizaciones similares a la de este jueves en «puntos estratégicos de la ciudad» y de forma indefinida, mientras no se atiendan sus reivindicaciones. El portavoz de Élite realizó estas declaraciones poco antes de que los huelguistas emprendieran una segunda marcha lenta por la tarde, también desde el aeropuerto, pero esta vez afectando al tráfico en la Diagonal y la Ronda Dalt.

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