entrevista con el Pintor e ilustrador de las portadas de la trilogía 'Millennium¿

Gino Rubert: "Un artista debe conocer el lado oscuro para poder crear"

«Un artista debe conocer el lado oscuro para poder crear»_MEDIA_1

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CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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El Centre d'Art Contemporani Can Sisteré acoge una exposición de Gino Rubert (México, 1969). Su obra se balancea entre la angustia existencial y la sutil ironía.

-¿Qué siente el visitante?-Algo inquietante. Es lo que Freud definía como lo bello y lo siniestro, aquello que nos resulta familiar y extraño al mismo tiempo. La percepción artística viene precedida de algo que nos molesta. Esa es la puerta para acceder a mi obra, a la que no le falta humor.

-¿Qué le inspira?

-Mi actitud ante una tela en blanco es angustiante. A menudo recuerdo una cita de Jean Jacques Rousseau: «Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho». Así me relaciono con mi trabajo.

-¿Qué le motiva?

-El espacio personal y silencioso que encuentro en mi taller. Allí creo mundos imaginarios. Soy afortunado: me permito vivir en un universo inventado por mí.

-¿Las portadas de la trilogía Millennium

-...a la popularidad, algo hasta ahora desconocido para mí. Ha sido pesado. Mi trabajo no es de showman. Mi actividad no ha cambiado radicalmente, tampoco han aumentado ni las ventas ni los precios de mis cuadros. Ni siquiera me han salido más proyectos de ilustración en el mundo editorial.

-El cartel de la fiesta mayor de Santa Coloma es obra suya.

-Les entregué mi propuesta y primero la descartaron, pero finalmente optaron por mi cartel.

-¿Es necesario sufrir para crear?

-Un artista debe conocer el lado oscuro. Para apreciar el amor debes conocer lo que es un desengaño. El dolor es una gran lección de vida. Sufrir te hace madurar y a la hora de crear aporta contenido al trabajo.

-¿Mantiene una relación conflictiva con el arte?

-Es de las relaciones más estables y dulces que tengo en la vida. Soy más conflictivo con la familia o con mi pareja. En el arte siempre encuentro un brazo amable.

-Defina sus pinturas. ¿Como artista qué quiere aportar?

-No ambiciono, no aspiro a que mi trabajo aporte nada al mundo, solo a las personas con las que conecto. Lo único que quiero es generar diálogos interiores.

-¿Qué une al arte español?

-Dentro del territorio de los tópicos, el arte español está obsesionado con la muerte, aunque es un tema recurrente en la historia del arte. Es interesante lo que inspira la muerte de los sentimientos y el inevitable transcurso del tiempo.

-Vuelve a vivir en Berlín.

-El viernes inauguro una exposición de lo más lunática. La primera en una galería alemana. En noviembre regresaré a Barcelona. Este último año ha sido difícil. Trasladarme a Berlín ha sido una experiencia peculiar. Solo he creado 14 piezas de formato pequeño, cuando suelo hacer unas 25 cada año. Pero el galerista me ha comprado la exposición entera antes de inaugurar. Eso demuestra una gran confianza en mi obra.